
Los adultos se pasan la vida regañando y prohibiendo a los niños pequeños, pero no se dan cuenta de que hay que explicarles porqué lo que han hecho mal o que no pueden tocar todo lo que ven por la calle, ya que puede ser perjudicial para ellos. Si se les da una explicación los niños pueden ver que eso está mal y que no deben de hacerlo otra vez, haciéndoles razonar sobre ello.
Pero muchas veces la forma en que se le dice eso no es la correcta, porque se las dicen gritando, de mala forma, incorrectamente haciendo que se asusten de esa cosa y que les tenga miedo a partir de ese momento.
Un ejemplo muy claro es cuando se dice la palabra caca, si usamos ese nombre para las cosas sucias y que están mal, los niños cuando vayan a hacer "caca" no van a querer porque saben que esa palabra significa algo malo. Por eso tenemos que aprender a decir las cosas por su nombre y a usarlas correctamente.
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